martes, 27 de diciembre de 2016

EL BELÉN DE VILLAR DE ACERO



Aquí, en el atrio de la iglesia, recogido en el zaguán, los vecinos de Villar de Acero  preparan cada año el Belén. Las bayas rojas del acebo y el musgo van  ganando en intensidad a medida que la luz de la mañana las golpea. La piedra rezuma silencio, y la humildad es reproducida en casas, pallozas, hórreos e iglesia, y un río como los de siempre que se aleja tras los árboles en la trastienda de la despoblación que va dejando el sabor amargo de los recuerdos. Y cada fin de semana, la belleza crece, cuando llegan los nietos, que liman el poso de soledad mientras se acurrucan mansamente al calor de las brasas con los abuelos.  



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