martes, 3 de mayo de 2016

POR LOS LAGOS DE BURBIA


Entre robles desnudos el camino hacia los lagos va ascendiendo lentamente, el musgo abraza las piedras de los muros y brota el avellano entre los pastizales abandonados. Por este camino transitaban los bueyes y los rebaños en busca de las brañas en los meses de verano. Hoy se ha convertido en un paisaje de miradas y donde termina el camino carretal se cruza el arroyo, y el camino se convierte en sendero marcado por montones de piedras que indican la subida por el Teixedal, entre tejos, acebos, robles, abedules,avellanos, serbales,arces, hasta llegar al corral de Villouso, rodeado de un muro de lajas de piedra, desde donde las papoulas contemplan como se deshace la nieve lentamente, y nuestros pies pesadamente avanzan hacia la oscuridad del acebal entre helechos dormidos por el invierno. 
Llegamos al refugio del Acebalín donde se alarga la sombra del cansancio y alzamos la mirada por el territorio de la nieve antes de tomar el repecho que paso a paso nos va dejar con la mirada desnuda sobre las aguas de unos lagos donde la nieve se funde beso a beso.







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