sábado, 28 de febrero de 2015

FEDERICO CUADRILLERO



En este mes de febrero que termina ha fallecido Federico Cuadrillero, que fue alcalde de Villafranca del Bierzo desde 1967 hasta 1975, ha transcurrido algún tiempo desde entonces, y las cosas habrán sido como las recuerdes, pero sin lugar a dudas, su aportación a Villafranca en aquellos años difíciles, no debería quedar en el olvido. Quienes le conocieron recuerdan un antes y un después de su paso por la alcaldía de Villafranca, con sus aciertos y con sus errores, pero sin lugar a dudas dejando el pabellón muy alto para la época en la que le toco vivir. 



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miércoles, 25 de febrero de 2015

LA PRENSA EN EL SIGLO XX EN VILLAFRANCA DEL BIERZO--5-- "EL CORREO BERCIANO"



El Correo Berciano, publica su primer número en Corullón el día 14 de septiembre de 1912, dedicado a Villafranca del Bierzo con motivo de sus fiestas patronales.
La primera página se ilustra con cuatro fotografías: El Cristo de la Esperanza, la fachada de San Nicolás el Real, el teatro villafranquino y la fuente de la Meona del jardín.
Los precios de suscripción se hacen por el primer número pagará el suscriptor 5 pesetas, con derecho a que le sirvan gratuitamente cuantos números se publiquen además durante un año natural.
En este primer número se habla de la aviación y de la aerodinámica, porque el famoso aviador "La Combe" va a realizar unos vuelos por encima de las casas y tejados.
Un artículo de fondo sobre el Cristo y unos versos  para un ajuste de cuentas periodístico: 
Justicia sin componendas
La ley a todos por igual
Y si alguien miente a sabiendas
Que le pongan un bozal.
Barbero Carrasco escribe sobre "cooperativas de crédito" y se publica una conferencia científica sobre el " imposible vencido".
En el Correo Berciano caben reflexiones religiosas sobre la cruz, el balance de las realizaciones del Círculo Católico de obreros de Villafranca, y el conocimiento de útiles para pesar cerdos sin báscula, para ablandar la carne y hacer el vino rancio en cuatro días.
También se recogen en este número unos versos de P. Vázquez, una composición titulada "Serenata".
La última página se dedica totalmente a la publicidad y más bien parece una monografía de productos farmacéuticos.
Se anuncia: "Hogarina"que es el mejor remedio para matar las lombrices, es el mejor purgante para niños y personas de paladar delicado debido a su gusto agradable.
"Agua Oftálmica Santín" remedio infalible para la curación de las enfermedades de la vista.
"Renocol", eficacísimo contra afecciones pulmonares, bronquitis crónica, toses rebeldes.
"Nisan",tónico aperitivo reconstituyente.
"Píldoras cubanas", curan con seguridad y rapidez toda clase de calenturas.
"Donal", hace desaparecer en cinco minutos dolores de cabeza, oídos, muelas, neuralgias etc.
"Miogenol", contra la anemia, la neurastenía y debilidad en general.
El número 2 del " CORREO BERCIANO " SALE A LA CALLE EL 1 de octubre de 1912 y se titula como periódico católico, y como director aparece D. Gonzalo Magdalena López.
Dentro de la sección de anuncios, aparte de los ya habituales de tipo farmacéutico, aparece: "Hacen falta asnos para salir señoritos de paseo en un coche regalado. Se les dará cebada remojada en vinillo de Cacabelos.
Los esparavanados se admiten para servicios especiales.
También se necesitan gansos de alguna edad, habituados a comer en algún ayuntamiento próximo y que puedan regresar sin novedad.
No se hará efectivo el precio sin prueba.

                                           



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martes, 24 de febrero de 2015

La Calle del Agua. Heráldica 15



Continuando con la heráldica de la calle del Agua, en el palacio de Torquemada, sobre el balcón principal se sitúa este escudo que se compone de trece roeles y en la parte superior del mismo  una flor de lis y una leyenda en latín.
La representación de los trece roles  heráldicos representan a la familia de los López de Cangas.




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lunes, 23 de febrero de 2015

"EL CASAR Y LA PRESA DE AGUA" por Gilberto Núñez Ursinos




EL CASAR Y LA PRESA DE AGUA

El hortelano sabía de sobra en que punto de la presa de agua se iba a topar con el olor de la madreselva, porque  el olor de la madreselva es un olor penetrante; parece contener toda la fortaleza del campo y la rara particularidad del producto envasado. Llegaba al hortelano desde muchos metros atrás y le acompañaba hasta muchos metros después. También sabía el hortelano que el olor de la madreselva despierta con el rocío y se adormece con el sol. Es por lo tanto olor para madrugadores. Era por el olor de la madreselva por lo que, igualmente sabía que estaba a mitad de camino en la presa de agua. Porque al lado del matorral donde ésta crecía, se elevaba el viejo castaño, esqueletado y secañoso, del que se habían apoderado las guirnaldas de yedra. El viejo castaño era como un mojón kilométrico en el camino. Cuando se llegaba a su altura uno sabía que se había adelantado en algo. Era una vaga intuición. Algo llegaba de repente y de repente se alejaba. Quizás se tratase de un atisbo de ilusión que daba sentido a la vida por unos momentos. No se sabía. Lo cierto era que uno vivía preso de aquella rara sensación. Alrededor del castaño se extendía una campicela de muruxas, leitaregas, pericón y grama, y en las paredes cercanas se observaban frondosas plantas de ceridoña. Era por estos lugares por donde los niños buscaban los polvos de fungato, que decían, eran buenos para las heridas. En mitad del camino. En mitad del camino el viejo castaño representaba un consentimiento con el antes y una esperanza con el después; aunque en el antes no había habido cambios y en el después no eran presumibles variaciones. Ante esta inmovilidad en el tiempo, el hombre se plegaba a las estructuras. El castaño… La yedra… En esto radicaba toda su ilusión: en ser lo que se es con todas sus consecuencias.
---El camino que es tu camino es todo camino; y el camino que no es tu camino no es ningún camino.
La presa de agua era vieja, larga y sinuosa. Uno diría que era una fiel representación de la vida. Estaba centineleada por castaños y zarzales y se alargaba con el camino hasta no se sabía qué principio de qué tiempo. A medida que el río fue perdiendo altura y ganando profundidad, hubo de ser prolongada hasta que la entrada del agua en el lugar de la toma fuese viable, tan sólo con la ayuda de un vanzado  de medio o de un metro de altura. El problema radicaba  en eso : en ver lo que el río hacía. Lo demás era cosa de rutina. En abril se limpiaba, cuidando  de que en el centro y las esquinas quedase como una patena.
---Limpio, bien limpio el centro, bien limpias las esquinas: las manos y el corazón que pase libremente el agua.
Así era, en efecto. Un claro principio de consentimiento y de humildad. Se decía que quien limpiaba mal la primera vez, limpiaba dos veces. Era verdad. Y los topos se encargaban de hacer bueno el aserto. En presas de tierra que no habían sido remontadas durante muchos años, los topos eran el principal peligro. La presa podía venir de tas en bas, pero si los mineros furaban, mal se ponía la cosa. El agua disminuía a ojos vistas, y aparentemente, no había motivo. Pero sí, el motivo eran las toupiñeiras. Esto sucedía cuando pasaban unas cuantas horas y el agua no discurría por el cauce. Los topos minaban la tierra blanda en busca de miocas. Era un golpe bajo, subterráneo, en frio. Como una herida que el tiempo tardaría en curar. Como remedio inmediato se rapaba y se descubría el boquete. Luego se ponía un terrón y se pisaba. Cuando el agua de la fuga iba en cese, el hortelano respiraba. Sabía que era una solución momentánea. Pero por aquel día aseguraba la riega. Una, caer una y otra vez en manos de la Providencia, tal parecía su destino…
---Mirad, aquél es el Casar de las Rosas.
El paso del tiempo es padre de las más diversas inclinaciones. Siempre, siempre hay una sucesión de muertes antes de llegar a la orilla de la vida. El casero era también un usuario de la presa. Quizás el más significativo. Parecía que la presa hubiese surgido por el casar, o tal vez había sido al contrario: el casar había surgido por la presa. De tal modo contemplaban la perspectiva. Uno y otra estaban entre un antes y un después; sencillamente a la espera… El casar era un viejo edificio construido en medio de una profusión de huertos. A un tiro de piedra corría el río. Entre éste y los huertos había varias hileras de chopos y negrillos. Eran la protección natural de la finca contra las avenidas. Chiquito, pero suficiente era el casar. Tenía unas escaleras de piedra por donde se alcanzaba el corredor, que era a la vez entrada y adorno. El corredor tenía forma de ángulo recto y barrotes de madera pintados de verde. A estos barrotes, por la parte de fuera estaban atadas las cañas de pescar, los manojos de guindillas y los restos de laurel, oliva y romero, bendecidos el Domingo de Ramos, que por creencia popular eran quemados para espantar las tormentas.
En la recta del primer tramo, en la parte interior, robándole espacio al pasillo, se veían útiles de uso doméstico, una pila de astillas y luxas para encender, botas de goma… Cuando la época de la ceba llegaba, el corredor se abarrotaba de carochas de remolacha, sacos de salvao y pulpa, megos de castañas verdes, berzas y repollos. Al lado de la pila de las astillas estaba la mesa para segar la verdura. En la recta final se encontraba la puerta de entrada a las habitaciones y a la cocina. Y al lado de ella, un banco de madera. Era la atalaya del casero. Desde allí dominaba el camino de la presa y el camino de la finca. Por debajo del corredor y suspendidos por espitos empotrados en la pared, se veían a veces furcos de cebollas. Era también el lugar destinado a las herramientas. Y era por debajo del corredor por donde se entraba al bodeguín. El casero tenía allí los cubetos de vino, los jamones y tocinos colgados de las cambeiras, los furcos de los ajos, los botes de semillas, los montones de patatas y los untos. En la parte posterior del casar estaban el patio y las cuadras. El patio tenía un par de maseros de cemento. A comer en ellos se permitía salir a los cerdos en los días de verano. Cerca del patio estaba la meda de paja y el gallinero. Formando como un círculo alrededor del casar crecían una docena de árboles. En su mayoría cerezos, manzanos y perales. El círculo parecía rematarse con una breval. Este árbol le había traído al casero más de un disgusto. Por septiembre y cuando ya empezaban a pingar las castañas, mostraba una brevas negras exquisitas que eran toda una tentación. Con el afán de coger las más maduriñas, los niños habían roto cañones varias veces y habían llevado sapadas de consideración. En una de ellas el hijo del casero había fastidiado los tendones del pie, y por consejo del compostor había tenido que usar un cilindro de azufre sobre el que el pie rodaba. Así se componía lo desarreglado. Desde entonces, la mujer del casero estaba ojo avizor; sobre todo cuando era su hijo el que subía al árbol. Entonces llegaba la prohibición envuelta en palabras que eran a la par reprimenda y consejo:
--Mon, baja de la higuera. Te digo, Serafina que acaba conmigo.

La vecina se sonreía. La reprimenda podía ir dirigida para el hijo; pero el consejo seguro que era para el padre. El casero se llamaba también Ramón y era uno de esos hombres en cuyas vidas han imperado dos simples características: el tesón que lleva a los pequeños triunfos y el orgullo que disimula los grandes fracasos. El casero había tenido más de los últimos que de los primeros. Los que saben sacar provecho de las experiencias llegan a la conclusión de que la miseria no es agradecida sino avariciosa. Uno se porta bien y recibe mal. El casero nunca había parado en esto. Y esto era precisamente lo que por veces ponía de mal humor a su mujer. El casero parecía empeñado en hacer siempre lo contrario de lo que de él se esperaba. El colmo de este empeño había llegado al máximo el día que plantó cuatro esquejes de rosal al pie del casar. La mujer puso el grito en el cielo. Aquellas tonterías…Pero el casero pensaba que algún día sería delicioso aspirar el perfume de las rosas sentado en el banco de madera, por las tardes de verano, cuando se iba el sol…




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viernes, 20 de febrero de 2015

PARO




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jueves, 19 de febrero de 2015

LA PRENSA EN EL SIGLO XX EN VILLAFRANCA DEL BIERZO--4--



                                                           REGIÓN BERCIANA

El día 13 de junio de 1913 coincidiendo con la feria de San Antonio hace su aparición en Villafranca del Bierzo un nuevo periódico."LA REGIÓN BERCIANA". Como director del mismo figura Don Nicomedes Martín Mateos, y se califica como un semanario ilustrado de cultura y tolerancia.
La administración del mismo estaba en "Imprenta Madrileña", calle la Libertad número 13 de Villafranca. Los colaboradores venían siendo los habituales de la época y tenía como era habitual una sección dedicada a la poesía y una sección de sociedad que titulaba como "mesa revuelta". El interior de la contraportada  y la contraportada solían dedicarse a la publicidad: "La Confianza", gran taller de pirotécnia  de Pedro Mauríz Alonso en Villafranca del Bierzo. Esta casa confecciona con perfección todos los encargos que se le confíen concernientes a este ramo.Última novedad en cohetes de silbido y musicales, eléctricos, ferrocarril, relámpagos, paracaídas, japonés y granifugos contra el pedrisco etc. Globos aerostáticos y figuras grotescas. Faroles de distintas formas para iluminaciones a la Veneciana.




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miércoles, 18 de febrero de 2015

CUARESMA





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martes, 17 de febrero de 2015

Martes de Carnaval y sin careta



Hoy los medios de comunicación recogen la noticia: "el villafranquino José Moral Santín, exvicepresidente de Caja Madrid, anticorrupción le ha pedido una fianza de 600.000 euros."

Cara yerma. Mirada opaca. Echas la vista atrás, muchacho, y ni siquiera te parece que hubiese sido tan grave tu tropiezo. Recuerda cuando eras el epicentro en una caja, y los lameculos, se colocaban a dedo, a diestro y siniestro y te situaban como a un Dios en esa corte de fantasmas, hoy, esos mismos personajes van anunciando tu camino del infierno entre las rendijas de una claraboya que huele a misa terminada.



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lunes, 16 de febrero de 2015

CARNAVAL



Víspera de la Cuaresma, el Carnaval, si uno se deja llevar por la nostalgia y contempla estas fotos del carnaval villafranquino, que nos devuelve la mente a los buenos tiempos, aquella sociedad sin prisa, cuando el suelo del teatro se elevaba al nivel del escenario  y el pueblo llano despeinaba los zapatos hasta el amanecer,mientras los señoritos retozaban su distinción en el Casino y el Circulo Mercantil, bailando un Twiggy sin que se les descolocase el prendedor de la corbata.


                                Rondalla villafranquina en el carnaval de 1928



                                Domingo de piñata en el Casino en 1934



La Charanga




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viernes, 13 de febrero de 2015

La Calle del Agua. Heráldica 14



En la calle del Agua se encuentra el palacio de los Torquemada que cuenta con tres escudos de armas, hoy  nos ocuparemos del primero de ellos. Este escudo se encuentra en la segunda planta del edificio, colocado en el ángulo interior de la torre y emplazado en chaflán. El escudo tiene una forma ovalada y en la parte superior del mismo se representa la cruz de la orden de Calatrava. En la parte superior izquierda se representan trece roeles, armas de los López de Cangas. En la parte superior derecha una torre almenada en llamas, armas de los Torquemada. En la parte inferior un sembrado de estrellas de seis puntas.Todo el blasón se encuentra rodeado por el cordón de San Francisco. 



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jueves, 12 de febrero de 2015

AGENCIAS DE COLOCACIÓN







                                                        villafrancadelbierzodigital
                                           

miércoles, 11 de febrero de 2015

HALCÓN ACUÁTICO




                                     FOTOGRAFÍA JOSÉ MANUEL DE ARRIBA


En un remanso del río, donde el valle se ensancha, a los pies del paisaje roto de la Leitosa, la ley de la naturaleza esta escrita sobre los cantos rodados del río, y desde el aire un halcón se lanza en picado sobre un pato en un tramo de aguas lentas y la muerte y la vida se hallan flotando sobre el agua, mientras en los árboles desnudos de la orilla todavía habita el invierno.



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martes, 10 de febrero de 2015

LA PRENSA EN EL SIGLO XX EN VILLAFRANCA DEL BIERZO --3--



                                                     LA VOZ BERCIANA


La Voz Berciana, nació el día 1 de agosto de 1912 y se definía como "semanario democrático independiente", se publicaba todos los domingos y su director era Don Luis Fernández Rey.
En la primera página solía aparecer un artículo del director y la última se dedicaba enteramente a distintos anuncios: "La Fraternidad" fabricaba excelentes chocolates elaborados a  brazo empleando el "guayakil churni" y "caraca" en la calle Ribadeo número 27 de Villafranca.
Egemberger y cia, fabricaba cal en Toral de los Vados, y el gran hotel Condesa de Villafranca tenía servicio de carruajes a todos los trenes y al exterior.
Luego tenía una sección de noticias breves, donde se recoge un poco de todo:" Hace pocos días que los dependientes de consumo de esta localidad, sorprendieron a la vecina de la misma, Antonia, conocida por "la palancas" con un matute de ocho libras de carne, que ocultaba en un caldero a cuya vista parecía estar repleto de excrementos de ganado. La carne según parece era para una familia acomodada de esta villa, cuya conducta es merecedora de la mayor censura, ya no solo por la mezquindad que representa la economía de los derechos de consumo, sino también por su poco escrúpulo al utilizar carnes en tal forma matuteada."
En otra se recoge que gracias a la intervención de D. Luis Belaúnde diputado a cortes, han sidon concedidas 1500 pesetas al convento de la Anunciada y otras 1500 al señor cura párroco de Paradaseca, para reparaciones precisas en los templos.
En la mayor parte de los números tienen, como era habitual para la época, una sección para la poesía.
Los colaboradores solían ser los habituales: Francisco de Llano, Manuel Álvarez, y también se recogen muchos artículos firmados con seudónimos  Romanusky, Bureba, Reparaz, Pepe Pescamoscas...
La Voz Berciana se imprimía en la imprenta López de Astorga. 




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lunes, 9 de febrero de 2015

"EL GUADAÑADOR" por Gilberto Núñez Ursinos



El GUADAÑADOR
El guadañador miraba a lo largo, miraba a lo ancho, miraba a lo alto. Era un conjunto de maneras de mirar. Filósofo campesino, sobre todo el mirar a lo alto, era su mayor preocupación. Porque en ello estaba el final del laberinto en el que desembocaban todas las maneras de mirar. Efectivamente, el mirar a lo alto venía con la aurora y desentrañaba el mirar amable de los fados compadreiros o el hosco de los fados paulinos. La guadaña era, como todo lo campesino, un negocio al aire libre, sin más razones, sin más explicaciones. Y había que mirar… Y allí estaba el guadañador, en la ribera, con la hierba aún mojada por el rocío, celebrando consejo consigo mismo para decidir lo que convenía hacer.
--El tiempo da tantas vueltas como una p… por las calles.
Todo dependía del tiempo. Si  los fados paulinos ponían cara de tormenta, era mejor dejarlo. Porque si caía agua, la hierba guadañada cogería mifo y los animales la comían de mala gana y aun perjudicándose. Cierto que la mayoría de las veces la hierba ya estaba en medas cuando la tormenta llegaba y el estropicio era menor. Pero si estaba angazada y a punto de ser agavillada, la pérdida no podía ser más manifiesta. La tormenta no perdona en el mes de San Juan; es cosa que los campesinos saben de antiguo. En la lucha entre el querer y el poder, de antemano se sabe quién será el perjudicado. Hasta las campanas lo pregonan con su lengua de hierro:
Din, din, dona,
Marcha, trona.
Marcha tú,
Que Dios pode más que tú…
Otra cosa sucedía cuando los fados compadreiros lucían cara de sol. Entonces el guadañador salía de casa con estrellas y atiborrado de utensilios: la guadaña, el martillo, la bouciñeira, el yunque, la piedra, la llave, la furquita, etc. También llevaba el pan de las diez, la bota y el pequeño boto de leche mazada. Había cierta pelusilla entre los guadañadores del monte y los del llano. Unos sustentaban que los otros hacían menos y que ripaban la hierba. Los otros respondían que las guadañas no se podían exponer al contacto con las piedras, que era mejor guadañar alto. Pequeñas diferencias en la raíz del orgullo campesino por pretender ser unos y otros la mapa de los guadañadores de la región…
--Mira cuánto cravuñamos nosotros y cuánto lo hacen ellos. Además, si hasta ni eso saben hacer. No hay más que ver las folecas que hacen.
Cravuñar no era oficio para todos. El sacar filo a las guadañas cuidando que el martillo siguiese la línea sin salirse de ella requería mucho tiempo y mucha paciencia.
Los poco duchos caían irremisiblemente en el pecado de hacer folecas, con lo que el filo perdía y al guadañar el clo, clo del cantar de guadaña parecía la onomatopeya de una olla en ebullición…
Los guadañadores de la montaña estaban más con la tradición. Los del llano más con la idea progresista. Esto se apreciaba hasta en las comidas.  Los de la montaña seguían  con el antiguo régimen de cocido, chorizos y cachuchada con carne fresca y arroz con leche para remate. Los del llano ya empezaban a establecer un sistema más a tono con la época del año en que se desarrollaba el trabajo: tortilla o carne de falda con pimiento y aceite, pimientos en bote o tomate en ensalada, etc. Los de la montaña se reían y les llamaban fuleros. Los del llano les hacían la híga o comenzaban una batalla verbal con epítetos everesianos. Al final todo se arreglaba, y tan amigos. Aunque los de la montaña eran rebezos, y ya guadañando , aún volvían a las andadas.
--Pero, carallo, vosoutros non comedes por non c….
Los del llano contestaban con un “vai pro nabo y tu e o comer” y seguían dándole a la guadaña. Con la barriga llena no se producía un curioso fenómeno que solía afectar a los que la tenían vacía. Consistía  en que, cuando se iba guadañando, la debilidad a la que se unía un cierto sopor, hacía que el guadañador guadañase más alto  y un tanto sin ton ni son. En la jerga de los guadañadores se decía que aquel compañero tenía folecas en el ventrullo.
La guadaña era un trabajo más duro que la siega y por ello también más remunerado. Había  siempre una diferencia de uno o dos duros en el jornal entre un segador y un guadañador, a favor de este último. En lo que estaban igualados era en lo de la mantenencia; pues ni segadores ni guadañadores iban a trabajar a palo seco: la barriguiña ante todo. Y era por la barriguiña  por lo que la picaresca berciana, tan fodida y tan de viorto, hacía aparición en las praderas. El ciego no era un conjunto de maneras de mirar, pero era un ciego con más vista que una sueca en biquini. Sabía de pueblos, de caminos, de recogida de castañas, de vendimias, de fiestas y ferias, y de … ajustes en los prados. Las parejas de guadañadores iban por la onza de oro, equivalente a 16 duros. Alguno había sentado el precedente y los demás lo seguían guadaña en ristre. El ciego sabía que la mañiza sobra donde la avaricia impera. Y allí se presentaba con su enorme perrazo dando los buenos días o las buenas tardes y aneándose al pie de alguna sombra hasta que alguno sentía compasión y hacía alarde de desprendimiento. Cuando el ciego llenaba la andorga, se despedía hasta otra y ya por el camino parecía llamar al perro a la reflexión con su voz gangosa:
--Procura, Fariseo, para la barriguiña.

Y es que aquí, en el Bierzo, somos la oblea , señor cura… Y la guadaña.      




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CARNAVAL 2015


sábado, 7 de febrero de 2015

"TIERRA DE SIGNIFICADOS"



El  villafranquino Juan Carlos Mestre expone desde el día de ayer en la galería de arte Dosmilvacas de Ponferrada la muestra "Tierra de significados", que recoge unas treinta obras entre dibujos, grabados, acuarelas, libros de artista y esculturas de bronce.




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viernes, 6 de febrero de 2015

REFUGIO








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jueves, 5 de febrero de 2015

CIERVO EN LA NIEVE



FOTOGRAFÍA DE JOSÉ MANUEL DE ARRIBA


La nieve a sepultado todos los caminos. Nieva incansablemente sobre Campo del Agua, y un ciervo casi de puntillas juega al escondite entre las ramas doloridas de los brezos. Es blanco el amanecer en estos días de invierno en estos lugares olvidados donde los animales vagan con la supervivencia a cuestas buscando tallos tiernos entre los bosques doloridos por el invierno.


                                          

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miércoles, 4 de febrero de 2015

LA PRENSA EN EL SIGLO XX EN VILLAFRANCA DEL BIERZO--2--






La Juventud Berciana, sale el primer número a la calle en Villafranca del Bierzo en marzo de 1910, y figuraba como director el padre Mariano Diez, rector del colegio de los Padres Paules, Se editaba en la misma imprenta y con el mismo formato  que el Heraldo del Bierzo. Se titulaba "revista científico-literaria" y salía los días 10,20 y 30 de cada mes. La redacción y administración estaba en la calle San Nicolás número 4. La suscripción: En España 5 pesetas al año, semestre 3 pesetas , trimestre 1.50 pesetas. Ultramar 9 francos. La tarifa de anuncios por inserción, en primera plana 1 peseta línea y en las demás 50 céntimos línea. 
En el número 6 de 20 de mayo de 1910, aparte de las secciones habituales se recoge un interesante artículo sobre "el iconotescopio", y dentro de la sección agrícola, los tratamientos líquidos para combatir el mildiu.
En el número 24 de 20 de noviembre de 1910, cambia de dirección la Juventud Berciana, pasando a ser el nuevo director Augusto Martínez, el fundador del Heraldo del Bierzo y cambia por tanto el periódico pasando a sintonizar con la política de Luis Belaúnde, nuevo director general de la administración.
En el número 34 es de destacar  el relato de Francisco de Llano y Ovalle," Una excursión a Burbia".
Después de un año de andadura la Juventud Berciana termina desapareciendo a mediados de 1911. 




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martes, 3 de febrero de 2015

Ramón Carnicer en la revista "Tierras de León"



El presidente de la diputación provincial de León presento hoy el número 132 de la revista "Tierras de León", dedicado íntegramente a la figura del escritor villafranquino Ramón Carnicer.



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La Calle del Agua. Heráldica 13



En la calle del Agua en la casa que figura con el número 15, cuenta con dos escudos, el primero de ellos lo describimos en el mes de enero. El segundo que pasamos a analizar, en el campo del escudo en la parte izquierda un pelícano alimentando a sus tres crías. En la parte inferior aparecen grabada la palabra Yañez, que en realidad no se si tiene relación con la labra del escudo, o fue posterior.
En la parte derecha del mismo esta representado un pino, con sus piñas entre las ramas y con las raíces al descubierto, en el tronco del pino  aparece atado un perro con una fuerte cadena. Entre las raíces del árbol y la cabeza del perro esta también grabada la palabra Bélazquez.




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lunes, 2 de febrero de 2015

"LAS FACHIZAS" de Burbia



En Burbia, envueltos en la noche, cuando comienza el mes de febrero, el día de las Candelas, a las doce en punto de la noche se celebran "Las Fachizas". Aunque este año por las inclemencias del tiempo se trasladaron para el próximo fin de semana.
Las Fachizas es una especie de ritual del fuego, o como me comentó algún vecino " e a festa do lume".
El nombre de fachizas hace referencia a los manojos de paja de centeno, de unos cuatro metros de longitud aproximadamente, y atados con "brincallos" cada 50 centímetros más o menos para evitar que la paja se desparrame, pasando así a convertirse en una especie de antorcha gigante.


El momento cumbre del ritual tiene lugar a media noche,  después de haber hecho un buen acopio de fachizas, los jóvenes del pueblo se van juntando en la plaza y acto seguido se dirigen a  las afueras del mismo ascendiendo a través de las arboledas heladas a un pequeño montículo denominado "la Lagua", desde donde se divisan todos los tejados y el humo saliendo cansado por las chimeneas  y a lo lejos las cumbres aplastadas por la nieve.
Las fachizas empiezan a encenderse en una pequeña hoguera, y se siente el crujir del fuego al entrar en contacto con la paja, y gritando, poco a poco los jóvenes se van esparciendo entre las urces del monte, haciendo movimientos en circulo, y así, las fachizas van dibujando en la oscura noche figuras que rezuman luz y fuego.
Y a nuestras espaldas, en la cordillera, con las cumbres más señeras del Cuiña, Mostellar, Peña Longa y Cuerno Maldito, como espectadores, que van guardando el secreto del tiempo , con la soledad como único testigo.




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domingo, 1 de febrero de 2015

LA JARRA






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SAN BLAS



Un año más en el barrio del castillo de Villafranca del Bierzo se celebra la festividad de San Blas, con su hoguera, al lado del soterrado arroyo de la Barbuliña, y con los actos religiosos en la iglesia de Santiago.
San Blas patrono de la garganta, siempre fue un santo que llevo de la mano el refranero popular :
--"Por San Blas la cigüeña verás,
y si no la vieres año de nieves."
--Por San Blas
ajos sembrarás.
--Por San Blas
una hora más.
--Si hiela por San Blas
treinta días más.
--San Blas cura la garganta
al joven que no canta.
--Vimos das Candelas
e vamos pra o San Blas
aprobeitaivos miñas nenas
que festiñas non hai más.

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