martes, 11 de noviembre de 2014

El Ciprés de la Anunciada en Villafranca del Bierzo


COMENTARIOS SOBRE EL HONGO PATÓGENO Seiridiumcardinale(Wag.)
Sutt. &Gibbs.

1.- POSICIÓN SISTEMATICA.- El hongo patógeno
DeuteromicetoMelanconial, Seiridiumcardinale, fue descrito por
WAGENER (1939), con el nombre de Coryneumcardinale y dado que su
ciclo biológico es en parte desconocido, se incluyó en el grupo
FungiImperfecti.

2.- PATOLOGÍA.- El hongo origina la enfermedad llamada “cáncer del
ciprés”, que debido a su gravedad y a su facilidad de expansión viene
destruyendo en las últimas décadas, tanto en Europa como en otros
países, desde viveros a setos, incluyendo ejemplares añosos de indudable
valor histórico y folklórico como el ciprés del Monasterio de “La
Anunciada” en Villafranca del Bierzo,( León- España). Desgraciadamente el
ataque muy difícil de erradicar se extiende a muchos géneros de la familia
Cupresáceas, como Chamaecyparis, Juniperus, Thuja, aunque desde luego
su mayor virulencia se centra en el gen. Cupressus y sobre todo en
Cupressussempervirens.

3.- DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA ENFERMEDAD.- Se identificó
primeramente en California por WEGENER (1928), en Nueva Zelanda por
BIRCH (1933) y posteriormente en Europa, describiéndose en Francia por
BERTHELET et VINOT (1944) y en Italia por GRASSO (1951). En el
transcurso de los años se ha constatado su presencia en Argentina, norte y
sur de África y Australia. En Europa puede decirse que sus mayores
ataques han sido en el Reino Unido, Irlanda, Alemania, Austria, Rusia,
Yugoeslavia, Croacia, Malta y Portugal. Naturalmente España no se libró
de la enfermedad, siendo detectada por TORRES JUAN, J. (1969) para los
cipreses de Madrid y su provincia.

4.- INCIDENCIAS DE LA ENFERMEDAD EN ESPAÑA.- En un principio se
pensó equivocadamente, que la enfermedad estaba localizada en las
regiones centrales de la península, todo lo contrario, pues más tarde se
vio que tenía más incidencia en las zonas costeras, sobre todo del norte y
del oeste y en menor proporción del suroeste (Huelva), MUÑÓZ &
RUPEREZ (1980) realizaron un estudio completísimo de los principales
factores, bióticos y abióticos así como los medios de control que inciden
en el deterioro del árbol al aparecer zonas con mayor virulencia de la
enfermedad. En los últimos años se han efectuado muestreos en las zonas
atacadas, apreciándose que su incidencia es menor en la zona
mediterránea, Andalucía Oriental y submeseta sur. Los mayores daños se
registran en la submeseta norte, cornisa cantábrica y Galicia.

5.- ALGUNOS FACTORES ABIÓTICOS Y BIÓTICOS QUE AFECTAN AL
CupressussempervirensL.
Según el prof. RUÍZ DE LA TORRE, J. (2006) el ciprés mediterráneo, aparece
en norte de Irán, Kurdistán, Anatolia, Líbano, Israel, Chipre, Creta, islas del
Egeo, sur de Grecia, Cirenaica, Túnez y Marruecos. Su área actual es muy
reducida, fragmentada y formada por poblaciones relícticas disyuntas
muy alejadas entre sí, como consecuencia de los aprovechamientos
abusivos de madera que ha tenido este árbol desde la antigüedad (flota
de Alejandro por el Eúfrates), dando al traste con área tan extensa.
Si comentamos su área de distribución, es para constatar que el
temperamento y los requerimientos estacionales del ciprés se identifican
con los climas semiáridos. Esto quiere decir que vive bien con 250
mm./año de precipitaciones, aunque puede tolerar los 400 mm./año. Al
llegar las nuevas lluvias las raíces toman agua y la planta entra en
crecimiento rápidamente, según esto las raíces del ciprés son superficiales
y muy extensas para aprovechar al máximo el agua de lluvia, además los
estomas se abren y cierran rápidamente para economizar al máximo el
agua. Por otro lado el ciprés es relativamente termófilo, tolera el frío
aunque cuando se llega a -10ºC, no lo resiste de buen grado, por el
contrario los 40º- 45ºC, que se producen frecuentemente en las partes
más calurosas de su área mediterránea (Córdoba, Badajoz, Écija, etc.) los
tolera perfectamente.
En resumidas cuentas, el clima óptimo del ciprés es una gran
luminosidad con el aire habitualmente seco, tolerando suelos esqueléticos
o agotados. Va mal en terrenos húmedos, con exceso de riego,
encharcados y arenosos.

6.- BIOLOGÍA Y DAÑOS.- Como perteneciente al Ord. Melanconiales la
reproducción asexual es por picnidios o acérvulos (del lat. Acervulus
diminutivo de montón), que dan origen a los conidios o esporas.
Morfológicamente aparecen como un conjunto de conidióforos aseptados
(hifas formadoras de conidios), y localizados en una superficie cóncava
del micelio del hongo dando un aspecto almohadillado. Cuando el hongo
se localiza como parásito de un vegetal vascular, aparece por debajo de la
epidermis vegetal, dando origen a un granulado que revienta cuando las
condiciones medioambientales al hongo le son favorables rompiendo el
tejido vegetal epidérmico. Las conidiosporas formadas son aceptadas,
hialinas y con formas desde globosas a falciformes, que aparecen en el
picnidio o acérvulo embebidos en un material mucilaginoso que se
disuelve rápidamente por la lluvia, liberando al exterior una gran cantidad
de esporas patógenas.
Los daños por la enfermedad del Seiridiumcardinale, se conocen con
mayor exactitud a partir de la II Guerra Mundial, al verse afectados
algunos cipreses en monasterios del norte de Italia. Es importante el
comentario de los vectores de propagación, uno de los medios de
propagación de la enfermedad es a través de insectos corticícolas
perforadores, variables de unas localidades a otras. En España como se ha
comprobado, fundamentalmente se lleva a efecto por áfidos como
Cupressobiumcupressii(Buck.), cóccidos como Peryceriapurchesii
(Maskert), ácaros como TrisetacuspiniAndré y sobre todo escolítidos
siendo el mas frecuente Ploeosinusaubei, aparte de algunos pájaros
insectívoros que profusamente anidan entre sus ramas, lleven las esporas
en el pico y en las garras prensiles, tampoco hay que olvidar que al haber
gran cantidad de pulgones, abundan extraordinariamente las hormigas
que favorecen el cuidado de estos.
Hay que tener en cuenta que el hongo puede resistir temperaturas
muy bajas, y que si estas o las precipitaciones no le son favorables llega a
enquistarse hasta que el régimen de precipitaciones y temperaturas sean
óptimos, así durante los periodos húmedos (Pm.>500 mm./año) la
esporulación del hongo es francamente alta, contribuyendo a la mayor
virulencia de la enfermedad, árboles enfermos, ramas atacadas, restos de
corteza infectada, etc. En resumen, la enfermedad se transmite por las
esporas en el viento, por la escorrentía de lluvias y por zoocoros, sobre
todo insectos. Como ya se ha dicho, la espora del hongo penetra en el
ciprés a través de las discontinuidades de corteza, pasando a las
traqueidas de la conífera, una vez dentro del sistema conductor del árbol
la infección es muy fácil, la espora produce un micelio originando un
taponamiento en los radios medulares impidiendo la libre circulación de
la savia, lo que se observa fácilmente por una espectacular sequía de
ramillas y marchitamiento del árbol. Como es lógico la mayor o menor
receptividad del huésped depende del vigor vegetativo del árbol.
Las ramas infectadas presentan inicialmente alrededor del punto
infectado, una mancha irregular castaño- rojiza, posteriormente negruzca
y con secreciones de resina. La sintomatología tiene lugar en otoñoinvierno,
iniciando la explosión de los acérvulos en primavera, los
síntomas desaparecen en verano quedando como se ha dicho multitud de
ramillas secas y un ritidoma rugoso. La reacción de la planta se hace bien
patente, bien por la agresividad patógenas de las esporas o la resistencia
del árbol a las adversidades; más tarde o más temprano el interior del
ritidoma va adquiriendo la consistencia de un humor viscoso, con exudado
“rojizo- cardenal” que dio nombre a la especie.
Poe último hay que considerar que el hongo tiene una enorme
capacidad reproductora, originando sobre el ciprés un elevadísimo
número de centros de infección secundaria.

7.- CONTROL Y TRATAMIENTOS.- Hay que considerar el enorme poder
patógeno del hongo, y que la quimioterapia debido a la estructura del
ciprés es muy difícil, no solo para la penetración de los productos en el
tronco, sino a través de unas hojas empizarradas muy preparadas para
evitar las fugas de humedad. Francamente la enfermedad en árboles
adultos monumentales, es imposible de erradicar aunque eso sí pueden
retrasarse los procesos y por ello hay que hacer las siguientes
recomendaciones:
7.1.- El ciprés es una árbol que tolera la termoxericidad como nos lo indica
su área de distribución natural. Su ubicación en climas húmedos y
templados, si bien el árbol no los va a rechazar “no está en su sitio”, y por
tanto es vulnerable. Los hongos por el contrario las condiciones de
humedad y temperaturas suaves, las toleran perfectamente “sí están en
su sitio” y por tanto cada vez se vuelven más agresivos.
7.2.- Los tratamientos son ocasionales, lo cual quiere decir que no son
efectivos cuando se repiten una y otra vez, para la pervivencia de ese
árbol por no estar en su ecosistema. En todo caso es imprescindible atacar
a los insectos vectores, evitar la proliferación de picnidios con productos
anticriptogámicos aplicados en su momento (nunca con la barbaridad de
aplicarlos en días con lluvia), evitar a ultranza la acción de insectos
corticícolas con cualquier producto aplicado en el tronco, importantísimo
que vaya acompañado de algún aficida y por último el más importante:
evitar que el árbol tenga agresiones externas, como humos, obras en el
suelo, eliminación de raíces etc. y favoreciendo en todo momento el
vigor vegetativo del árbol.
7.3.- Deberán eliminarse drásticamente los focos de propagación de la
enfermedad, QUEMANDO con garantías los restos infectados, evitar
también los contagios por medios externos, desinfectando las
herramientas: tijeras de podar, motosierras, hachas, etc. (con lejía diluida

es suficiente).



8.- UN EJEMPLO:

EL CIPRÉS DEL MONASTERIO DE LAS RR. MM. CLARISAS EN VILLAFRANCA
DEL BIERZO (León)

8.1.- ANTECEDENTES.- Según las crónicas del convento, fue plantado por
Doña María de Toledo hija de D. Pedro de Toledo, Quinto Marqués de
Villafranca y Virrey de Nápoles en el año 1606. Actualmente las
dimensiones del ciprés son notables, aproximadamente 1.60 m. de
diámetro por 48m. de altura. Se le estima pues una edad de 408 años y
desde entonces ha sufrido acontecimientos de toda índole.
En el año 1990 se le detectó un ataque de
Seiridiumcardinale(posiblemente muy antiguo), junto con un fuerte
ataque de áfidos perforadores y coleópteros corticícolas sobre todo
curculiónidos. El aspecto externo era preocupante, no solo por la gran
cantidad de ramas y ramillas secas que tenía el árbol sino por las
secreciones viscosas del tronco. Como era de esperar al detectarse una
fuerte población de pulgones, paralelamente aumentaron las de hormigas
que como se dijo, facilitaban la dispersión de las esporas.

8.2.- TRATAMIENTOS QUÍMICOS PREVIOS.- Observados los daños
detenidamente por el técnico que subscribe , se desplazó a Madrid
rápidamente para ponerse en contacto con dos magníficos profesores: el
Dr. D. NestorRomanyk, Ingeniero Jefe de la Sección de Equilibrios
Biológicos del Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza
(ICONA), y el Prof. Dr. D. Juan Ruíz de la Torre, Catedrático de Botánica
Forestal en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes, después
de deliberar los tres, se decidió el tratamiento a seguir consistente en
aplicar con aparatos termonebulizadores los siguientes productos
punteros y eficaces en aquella época, como así se demostró en los
cipreses del Monasterio de La Rábida en Huelva.
KASUMIN.- Bactericida fungicida sistémico. Polvo mojable para
pulverización, preventivo y curativo de ataques de hongos. Muy efectivo.
LAICÓN.- Fungicida sistémico, preventivo y curativo de ataques de hongos
de crecimiento externo e interno. Polvo mojable para pulverización.
LAIDÁN.- Líquido emulsionable indicado como un eficaz insecticidaaficida,
de función polivalente y dotado de una fuerte acción penetrante.
Muy efectivo para coleópteros barrenadores, pero sobre todo es
altamente resolutivo para áfidos.
ABONO FOLIAR –B-.- Del tipo 10-10-10, liquido para pulverización de
acción optima, pasa a través del parénquima foliar y ramillos, ayuda al
máximo crecimiento proporcionando vigor vegetativo al árbol y por tanto,
mayor resistencia a los factores adversos.
DISPERSANTE VK-2.- Muy eficaz para asegurar la mayor dispersión y
fijación de los productos.
En el mes de Julio del año 1990 se hizo el primer tratamiento con la
colaboración de la Escuela de Capataces de Almázcara, operación sin duda
muy peligrosa y complicada, en cuanto a los medios técnicos para
dispensar el producto. Hay que hacer constar que el Presupuesto
estimado con desglose de cada operación, se estimó en 90.431pts. Sin
embargo resultó totalmente gratuito por las siguientes razones.
Informes, determinación del patógeno en viajes a Madrid, tanto al
ICONA como a la E.T.S. de Ingenieros de Montes, fue totalmente
desinteresada.
La actuación de “Grúas Luna” en Ponferrada, suministrando un
vehículo con cesta y puntal, fue también sin ánimo de lucro.
La empresa de fertilizantes y afines LAINCO S.A. en 08191 Rubi
(Barcelona).donó generosamente sus productos, teniendo en cuenta el fin
del tratamiento.
La Escuela de Capataces de Almázcara, que colaboró con alumnos y
aparatos para dispersar los productos.
El Restaurante “La Charola” en Villafranca del Bierzo, que asumió la
estancia y manutención del técnico que suscribe, responsable del
tratamiento generosamente.
A todos ellos mi reconocimiento y agradecimiento por su
generosidad.
Como era de esperar la recuperación del ciprés fue espectacular,
pues ese año la floración y fructificación del árbol fueron óptimas. Sin
embargo en el año 1992 se observó de nuevo marchitamiento de ramas,
con lo cual se reanudaron los tratamientos con los productos sobrantes,
durante los veranos de 1992 y 1994. No había consignación
presupuestaria y no se podía abusar de los benefactores, con lo cual el
tratamiento fue con chorro a alta presión en fuste y ramaje, desde una
carroceta “Mercedes” de incendios forestales, destacada en Villafranca
del Bierzo. Igualmente el Ingeniero Jefe del Servicio Territorial del Medio
Ambiente (ya estábamos transferidos a la Comunidad Autónoma) en esos
años, nos dio todas las facilidades para realizar el tratamiento, igualmente
el remedio se notó en el árbol, poniendo entonces punto final al mismo
por falta de medios.
Hay que destacar, que los tratamientos efectuados fueron
estudiados meticulosamente y con las máximas garantías, como es
preceptivo en espolvoreos y atomizaciones de productos fitoquímicos, es
decir se pidió permiso al Ayuntamiento, se buscó un día con altas
presiones y calma atmosférica, a últimas horas del atardecer, para que no
hubiese ninguna posibilidad de lluvia y no perjudicar por escorrentía, a los
propietarios de cultivos aguas abajo y optimizar al máximo, unos
productos de los cuales no íbamos a disponer en lo sucesivo.
Agotados los productos químicos y poniendo punto final a un
asunto, del que técnicamente no había solución y sin saber por qué
altamente politizado, en la actualidad se ocupa del tratamiento y profilaxis
del ciprés, la empresa IMELSA de Valencia, desconociendo sus actuaciones
debido al permiso directo del convento.

8.3.- CONCLUSIONES .
8.3.1.- La enfermedad del “cáncer del ciprés” por ahora, tiene muy pocas
posibilidades de terminar satisfactoriamente, habrá que esperar el
resultado de futuras investigaciones y obrar en consecuencia. Por ahora
las mejores garantías, son las medidas preventivas para evitar el ataque
del hongo como:
-Plantación del ciprés en ecosistemas análogos o parecidos al de su área
natural de distribución.
-Profilaxis de herramientas para uso en árboles que se sospeche que están
enfermos.
-Aplicación del tratamiento en condiciones óptimas, nunca en días de
lluvia como hemos visto en dos ocasiones, no solamente porque el
tratamiento no sirve para nada, sino por respeto a los vecinos aguas
abajo.
-Máximo control en plantas de vivero, desinfectando en todos los casos
gálbulos y semillas.
-Reducir drásticamente los riegos en el entorno del ciprés, para evitar
ataques criptogámicos.
-Favorecer siempre el vigor vegetativo del árbol.
8.3.2.- El caso del ciprés del Monasterio de las Clarisas de Villafranca del
Bierzo a la larga no tiene solución, en otras palabras en el transcurso de
algunos años terminará desapareciendo por los siguientes motivos.
8.3.3.- Las exigencias normales del CupressussempervirensL. son estas:
P.m.= (250- 300)mm.año
T.m.= (23- 25)ºC. al año
Sin embargo para Villafranca del Bierzo tenemos los siguientes datos:
P.m.= (730- 750)mm.año.
T.m.= (12.6- 13.2)ºC. al año.
vemos pues que al ciprés “le sobra” humedad y “le falta” temperatura
media al año, lo cual se traduce en una falta de adaptación al ecosistema,
cuyo resultado final es falta de vigor vegetativo y ataque por hongos
oportunistas. Sin embargo con una longevidad tan dilatada como la del
ciprés, este periodo de debilitamiento puede dilatarse mucho tiempo y
por esta razón ha llegado a los 400 años de vida.
8.4.4.- Por otro lado la ubicación y las agresiones al árbol han sido
importantes. Está en una calle estrecha de Villafranca del Bierzo, en
dirección E-W, lo cual quiere decir que los vientos de componente W (muy
frecuentes) se canalizan y aumentan su velocidad, con el consiguiente
perjuicio para la salud del árbol, igualmente al estar a pocos metros de
una fábrica de conservas (actualmente parada), tampoco le favoreció el
estar muy cerca de humos y efluentes industriales, producidos para la
elaboración de sus productos.
8.4.5.- Para rematar la situación, la caída de un murete de contención y la
colocación de un depósito para la calefacción del Convento, hizo que se
sacrificasen buena parte de las raíces, con lo cual la asimetría entre
sistema aéreo/ sistema radical es manifiesta, debilitándose el árbol y
perdiendo estabilidad, solo hay que fijarse que está inclinado respecto a la
vertical del terreno unos 15g.W, lo cual implica a la larga un peligro por su
derrumbamiento. En otras palabras, a juicio del técnico que suscribe “es
milagroso” que el ciprés siga viviendo. Sin embargo al ser un árbol notable
de la provincia de León, no solo por su belleza, si no por su valor simbólico
en cuanto al fervor mariano de la comunidad de religiosas y de la
comarca, merece la pena su conservación, pero una conservación realista,
de mantenimiento y puramente técnica, que incluya la vigilancia de la
estabilidad del árbol para evitar desgracias, sin manipulaciones políticas ni
hacer concebir falsas ilusiones de curación, a un tema que por ahora no
las tiene. No es lícito distorsionar una realidad que está a la vista de todos.

8.4.- ACTUACIONES FUTURAS.- El ciprés monumental del Monasterio de
Las Clarisas en Villafranca del Bierzo provincia de León, debe conservarse
por sus valores botánicos, étnicos, folklóricos y religiosos (el ciprés puede
catalogarse como “bienes de la Iglesia”).
La institución que proceda: Obispado de Astorga, Ayuntamiento de
Villafranca del Bierzo, etc., deberá seguir un protocolo con la Junta de
Castilla y León que es quien tiene las competencias fitosanitarias, a través
de sus Servicios de Medio Ambiente, Agricultura y Cultura, para seguir el
tratamiento de mantenimiento, que puede resumirse en aplicación de
fungicidas, aficidas y vigorizantes foliares, el primer tratamiento sería en
primavera- verano, el segundo en otoño. Es cierto que la altura del árbol
hace difícil el tratamiento, pero la Junta de Castilla y León tiene sobrados
medios para aplicarlos, desde helicópteros que les pueden sobrar horas al
final de la campaña, a potentes motobombas, así como Guardería Forestal
muy cualificada para llevarlo a cabo.
Con esto y teniendo en cuenta el fin del ciprés, el coste sería
mínimo. Lo que no puede consentirse tal y como están las cosas, es
abonar en el año 2004 un tratamiento de 4.500€ (748.737 pts.) y que en la
actualidad si tenemos en cuenta el IPC, sería más del doble. Este
tratamiento deberá hacerse siempre por Administración, y nunca por
“Asistencias Técnicas” a empresas particulares.


9.- BIBLIOGRAFÍA
BERTHELET, J. & M. VINOT (1944).- Notes sur las maladies des cultures
meridionales.- Annales des Epiphytes, 10: 18- 20
BIRCH, T.T.C. (1933).- Gummosis diseases ofCupressusmacrocarpa.- Te
Kura Ngahere (New Zealand, Journal of Forestry) 3: 108- 113
GIMENEZ VERDÚ, I. (1991).-Notassobre el cáncer del
ciprés(Seiridiumcardinale(Wag.) Sutt.&Gibs..- Bol. San. Veg. Plagas, 17:
423- 439
GRASSO, V. (1951).- A new pathogen of Cupressusmacrocarpa.- Italia
Forestale a Montana 6: 62- 65
MUÑÓZ, C. & RUPEREZ, A. (1980).- Causas de la desaparición de los
cipreses en España.- Bol. Serv. Plagas .6 : 95- 104
RUÍZ DE LA TORRE, J. (2006).- Flora Mayor. Serv. de Parques Nacionales.
Minist. Medio Ambiente.- Madrid
TORRES JUAN, J. (1969).- Grave enfermedad de los cipreses en España.-
Bol. Serv. Plagas. 12: 97- 100
WAGENER, W. W. (1928).-Coryneum canker of Cypress.- Science N. S. 67:
584


Madrid. Octubre 2014


Fdo.- Carlos Manuel Romero Rodríguez
Catedrático de Biología Vegetal
Ingeniero Técnico Forestal

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