sábado, 22 de noviembre de 2014

DE BURRADA EN BURRADA Y NO SE LES MUEVE UN PELO

Manuel Martínez Rodríguez
¿Cuál será la siguiente?
El cúmulo de despropósitos a los que vienen siendo sometidos, tanto el puente como el viaducto no tienen límite, cada día nos encontramos con algo que nos sorprende, pero desgraciadamente por lo descabellado del hecho o acción.
Da igual sacar a la luz que el puente de piedra sobre el río Burbia de Villafranca del Bierzo tiene origen romano, que parte del mismo es del medievo, que se reconstruyó en 1500 por los Reyes Católicos, que se reconstruyeron en 1771 sus dos mayores bóvedas, que aparece en muchos escritos, incluso describiéndose con entusiasmo, mencionándolo Madrazo, Laffi, Jovellanos, Richard Ford, Borrow, Madoz, Itinerarios Militares, las Memorias de Carreteras del Ministerio de Fomento, el excepcional libro de Pilar Chías Navarro y Tomás Abad Balboa de caminos y puentes de Castilla y León, la histórica revista de Obras Públicas, entre otros muchos escritos y documentos. Siendo incuestionable su importancia tanto histórica como actual, pues sigue siendo paso obligado y Camino de Santiago, no se tiene el más mínimo cuidado en su conservación ni en el daño que se le pueda causar.

           ¡De nuevo otra idea genial!

Realizar hormigón lavado en las aceras y pasos de peatones que se están construyendo. Litros y litros de lechada de hormigón empapan las piedras del puente, escurriendo por ellas y tiñéndolas de un sucio grisáceo, anegando el huerto colindante de la casa de los Barredo, manchando el paseo del río, la acera del viaducto y discurriendo por la cuesta de Zamora, donde atasca el sumidero y produce una acumulación de lodo gris al final de la cuesta que dificulta el paso.
Pero hasta cuándo vamos a tener que soportar estas barbaridades y ver como se menoscaba un patrimonio que es de todos.

          ¿Se va a habilitar una partida de dinero para la rehabilitación, limpieza y mejora de la imagen de puente y viaducto, ya de por sí muy deteriorados? Si esto no es así, como nos decían en la escuela cuando hacíamos una burrada descomunal, “esto, ya no es para meteros en la cárcel, es para mataros”.







Nos han visitado